Hoy una enfermera, de las que tienen una maña especial para hacer las cosas con gran pulcritud y de una forma que te da la sensación de ser la mejor posible, nos explicó a mi compañera y a mí cómo pone ella las vías.
En primer lugar, se sienta, lo cual le da más estabilidad, mejor ángulo y mejor postura para la espalda.
1. Prepara el garrote, el abbocath, el tubito con llave, la jeringuilla con heparina en caso de ser vía heparinizada, los algodones (mínimo dos, uno con alcohol, otro normal) y, muy importante, los apósitos. Eran del tipo de los que yo llamo “de la ventanita”, porque tienen una especie de celofán-apósito transparente con dos patas de apósito opaco. El abbocath rosa es el más típico, porque tiene un tamaño estándar.
2. Dejamos el apósito-ventana separado y listo para pegar, y lo mismo con las dos tiritas que lo acompañan.
3. Colocamos el garrote y nos ponemos a buscar una buena vena, cuanto más abajo por el brazo mejor.
4. Una vez encontrada, limpiamos con alcohol y procedemos a meter el abbocath. Con suerte acertamos en la vena, y el abbocath se llena de sangre. Presionamos entonces la vena en su recorrido para que sangre lo menos posible, y dejamos el fiador sólo medio sacado para que la sangre no se salga. Dejamos un algodón debajo para evitar en lo posible manchar de sangre.
5. En este momento, ponemos un trocito de apósito de tirita para sujetar la vía. ¡Importantísimo!
6. Ahora es posible que nos hayan pedido aparte de la vía que le extraigamos sangre para un análisis. En este caso, conectamos el vacutainer azul y metemos los tubos de análisis que hayan pedido.
7. Quitamos el vacutainer azul si hubo que usarlo, y ahora, rápido, conectamos el tubito con llave.
8. ¡Y listo! Pegamos el tubito de forma que haga una U, primero fijando el tubito con otro apósito-tirita, y luego usando la ventanita por arriba y las patas opacas por abajo.
Finalmente podemos fijarlo todo mejor con otro apósito del tipo de Mefix o Operfix.
Esta mañana una chica me felicitó por haberle encontrado la vena a la primera cuando en ocasiones le han llegado a pinchar cinco veces (!!!) para encontrársela. La verdad es que la vena aunque no se veía a simple vista se palpaba bien, así que aunque me hizo ilusión el comentario, me parece que en esas otras ocasiones debían de haberle tocado enfermeros extremadamente torpes o bien tenía ese día la vena más profunda…
Además, en un momento terrible, un hombre pareció estar a punto de morir. Gracias a dios no pasó, pero fue un mal rato. Estaba sentado tranquilamente en su silla de ruedas cuando de pronto su mujer empezó a aullar y decir que se moría: se puso terriblemente pálido, la cabeza se le ladeó y se le cerraron los ojos. Me precipité corriendo hacia el primer médico que vi y le saqué tirándole del brazo de la tranquila conversación que tenía con otro paciente. No tengo ninguna confianza con este médico, pero en un momento así parece que todo pasa a un segundo plano =S El hombre sufría un shock por hemorragia interna, pero en la sala de Urgencias Vitales se estabilizó y pasó la crisis. Fue todo muy rápido y el tiempo pareció pararse. Quisera haber entrado en la sala y ver qué se hace en esos casos, pero el hombre iba escoltado por un ejército de médicos y enfermeros, y pensé que no era apropiado ir yo también a mirar sin poder ayudar en nada...
En primer lugar, se sienta, lo cual le da más estabilidad, mejor ángulo y mejor postura para la espalda.
1. Prepara el garrote, el abbocath, el tubito con llave, la jeringuilla con heparina en caso de ser vía heparinizada, los algodones (mínimo dos, uno con alcohol, otro normal) y, muy importante, los apósitos. Eran del tipo de los que yo llamo “de la ventanita”, porque tienen una especie de celofán-apósito transparente con dos patas de apósito opaco. El abbocath rosa es el más típico, porque tiene un tamaño estándar.
2. Dejamos el apósito-ventana separado y listo para pegar, y lo mismo con las dos tiritas que lo acompañan.
3. Colocamos el garrote y nos ponemos a buscar una buena vena, cuanto más abajo por el brazo mejor.
4. Una vez encontrada, limpiamos con alcohol y procedemos a meter el abbocath. Con suerte acertamos en la vena, y el abbocath se llena de sangre. Presionamos entonces la vena en su recorrido para que sangre lo menos posible, y dejamos el fiador sólo medio sacado para que la sangre no se salga. Dejamos un algodón debajo para evitar en lo posible manchar de sangre.
5. En este momento, ponemos un trocito de apósito de tirita para sujetar la vía. ¡Importantísimo!
6. Ahora es posible que nos hayan pedido aparte de la vía que le extraigamos sangre para un análisis. En este caso, conectamos el vacutainer azul y metemos los tubos de análisis que hayan pedido.
7. Quitamos el vacutainer azul si hubo que usarlo, y ahora, rápido, conectamos el tubito con llave.
8. ¡Y listo! Pegamos el tubito de forma que haga una U, primero fijando el tubito con otro apósito-tirita, y luego usando la ventanita por arriba y las patas opacas por abajo.
Finalmente podemos fijarlo todo mejor con otro apósito del tipo de Mefix o Operfix.
Esta mañana una chica me felicitó por haberle encontrado la vena a la primera cuando en ocasiones le han llegado a pinchar cinco veces (!!!) para encontrársela. La verdad es que la vena aunque no se veía a simple vista se palpaba bien, así que aunque me hizo ilusión el comentario, me parece que en esas otras ocasiones debían de haberle tocado enfermeros extremadamente torpes o bien tenía ese día la vena más profunda…
Además, en un momento terrible, un hombre pareció estar a punto de morir. Gracias a dios no pasó, pero fue un mal rato. Estaba sentado tranquilamente en su silla de ruedas cuando de pronto su mujer empezó a aullar y decir que se moría: se puso terriblemente pálido, la cabeza se le ladeó y se le cerraron los ojos. Me precipité corriendo hacia el primer médico que vi y le saqué tirándole del brazo de la tranquila conversación que tenía con otro paciente. No tengo ninguna confianza con este médico, pero en un momento así parece que todo pasa a un segundo plano =S El hombre sufría un shock por hemorragia interna, pero en la sala de Urgencias Vitales se estabilizó y pasó la crisis. Fue todo muy rápido y el tiempo pareció pararse. Quisera haber entrado en la sala y ver qué se hace en esos casos, pero el hombre iba escoltado por un ejército de médicos y enfermeros, y pensé que no era apropiado ir yo también a mirar sin poder ayudar en nada...
3 comentarios:
(Aquí estamos de nuevo y me lo leí casi todo, salvo los 7 pasos)
Hoy pudiste comprobar como, en un solo día, incluso en un solo momento, puedes pasar de la alegría en una MERECIDA alabanza a la tristeza por la impotencia de no poder parar lo inevitable.
Al final, todo quedó en un susto y hemos comprobado que sí funcionan las emergencias.
Rqd
Hola Hugo!
Técnica de la vía... que recuerdos me trae a mis noche en Urgencias... menos mal que ya he dejado ese mundo atrás.
Me parece una idea muy chula lo de ir comentando las prácticas, siempre ocurren cosas interesantes.
Besitos Hugo.
Dani.
Gracias por los comentarios!
Ricardo: ya ves, en este hospital normalmente las "urgencias" no son muy extremas... menos mal que todo quedó en un susto.
Dani: cómo estás?? Ya ves, ahora me toca a mí, aunque por las mañanas, jeje. Quizás es más cansado, pero me esta gustando mucho más que el Centro de Salud, aquí no paras...
Besos pa los dos!
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